Hola a tod@s!
Hoy hablaré del fenómeno que comenzó hace ya 3 décadas: La Ruta del Bakalao -como fue más conocida- o Ruta Destroy.
Decir que la ruta fue producto de la evolución de la movida valenciana (la hermana pequeña de la madrileña) y fue el comienzo de la cultura de clubes made in Spain, siendo asimismo el movimiento que más repercusión tuvo ya que marcó tendencia en las futuras noches de ocio de los españoles.
La acción se situaba, cada fin de semana y sin descanso, entre las discotecas de las afueras de Valencia, sobre todo en la carretera de El Saler (CV-500). Destacaron salas como Barraca, Spook Factory, Chocolate, Espiral, NOD, Puzzle, y ACTV, siendo la época de mayor auge durante los años 80 y la primera mitad de los 90. En aquel momento, gracias a que las leyes españolas estaban llenas de lagunas en lo referente al ocio nocturno, los empresarios de las discotecas hicieron el agosto. Si a esto le sumamos la poca información que había sobre drogas, tenemos un cóctel en el que el fin justificaba los medios: pasarlo bien a toda costa.
LOS COMIENZOS
A finales de los años 70, durante la transición española y la llamada era new wave, Valencia empezó a despuntar musical y culturalmente y surgieron grupos musicales autóctonos como La Banda de Gaal y poco después La Morgue, aunque fueron mucho menos mediáticos que en Madrid, que por aquel entonces contaba con grupos como Kaka de Luxe o Burning. Formaciones como Seguridad Social, Glamour, Interterror, Betty Troupe, Comité Cisne, In Fraganti, La Morgue o Video apostaban por los nuevos sonidos llegados directamente del Reino Unido o Alemania, y empezaban a poner de moda los típicos looks estridentes de los años 80, evolución de la era punk. Por entonces, había muchos locales: Bowie, Tropical (que posteriormente sería ACTV), Gasolinera, o Planta Baja, pero sobre todo destacó un garito llamado Pyjamarama.
También muchas formaciones extranjeras tuvieron la oportunidad de darse a conocer en nuestro país a través de Valencia, como por ejemplo Soft Cell. A la gente cada vez le gustaban más los sonidos de synth-pop/rock/pop/gótico, mayormente procedentes de las islas británicas, sin embargo por aquel entonces todavía no había ninguna discoteca que pinchase esa música porque no estaba conceptuada como música de baile (en las discotecas se bailaba un house todavía en pañales, funk o italo-disco) y quedaban relegados a las salas de conciertos o bares de copas.
Entonces, se abrió una nueva sala llamada Oggi, en la que esos sonidos y toda clase de rarezas electrónicas y de guitarreo, se pinchaban para un público que todavía era muy selecto pero que tenía grandes inquietudes culturales y musicales. Sin embargo, la sala no tardó en comenzar su declive debido a unas cuantas razones, entre ellas, los problemas con la heroína. Un poco más tarde, los mismos responsables del Oggi se mudaron a la sala Metrópolis, en la que intentaron agrupar a todas las tribus urbanas de Valencia (rockers, mods, nuevos románticos, punks, góticos, etc) Pero no tuvieron éxito ya que muchas de estas tribus urbanas rivalizaban entre sí, como por ejemplo los rockers y mods. Después, la fiesta se trasladó a otro local: Barraca, en Les Palmeres (Sueca).
LOs AÑOS DORADOS (1982-1990)
La discoteca Barraca ya había destacado a finales de los 70 porque se diferenciaba del resto de salas al estilo fiebre del sábado noche. En 1980, Juan Santamaría (fundador de la anteriormente mencionada sala Oggi) le dió a esta discoteca su propio estilo. En 1982 le sustituyó el dj Carlos Simó, muy influenciado por Santamaría, y enfatizó aún más todavía en la llamada "música blanca", por lo que, a partir de entonces desaparecieron prácticamente sonidos como el blues, rhythm & blues o el jazz que también tuvieron cabida junto con el rock habitual, el pop y los sonidos de vanguardia. Comenzaron a escucharse a formaciones aún desconocidas para el gran público como Depeche Mode, U2 y The Cure, The Smiths, Joy Division; herederos del punk como The Stranglers, The Clash , Sigue Sigue Sputnik; grupos de synthwave como A Flock of Seagulls o Ultravox; de pop-rock como Simple Minds o The Pretenders; e incluso bandas australianas de garage rock (The Fall, Screaming Tribesmen) o grupos rockabilly como Stray Cats. Esto fue una magnífica combinación, ya que hizo que esta sala fuera mágica y contagiara a toda tribu urbana y a cada noctámbulo que la frecuentaba, un buen rollo y espíritu inigualables.
Barraca, gracias la importancia que se le daba a los conciertos que se celebraban junto con las performances y actuaciones teatrales de todo tipo, pasó a ser lugar de reunión de artistas y mentes inquietas que creaban una cultura alternativa y diferente. Esto atrajo a personas destacadas en el panorama cultural, musical y social de la época en España. Era un ambiente abierto y tolerante que era un imán para la gente que huía de lo vulgar de las salas convencionales. Su atmósfera colorista y estrambótica, en la que incluso el maquillaje estaba bien visto en los hombres heterosexuales fue lo que la hacía distinta. La gente que frecuentaba Barraca por entonces consideraba todo un ritual vestirse para la fiesta, por lo que no sorprende que también fuera pionera en España en los espectáculos de drag-queens. Memorable su pista giratoria, su piscina, los caballos de tío-vivo (que se convirtieron en marca de la casa) y su terraza. Sus principales sesiones fueron las de sábado noche y domingo tarde-noche y tuvieron tanta importancia, que allá por el año 86, al sonido de Valencia se le empezó a llamar "sonido barraquero"
Chocolate
Poco después del boom de Barraca, surgió Chocolate, que estaba ubicada apenas a 200 metros de la otra. El local era una nave para almacenar arroz, posteriormente reconvertida en una discoteca en la que se escuchaban sonidos predominantemente funky (llamada Chocolate Cream durante ese tiempo) y cuyos dueños quisieron aprovechar el tirón que estaba teniendo Barraca. Sin embargo, aquí había una atmósfera bastante más oscura, casi gótica, con una música a la par, y una iluminación mucho más tenue en la pista de baile. Toni Vidal, conocido como Toni El Gitano, fue su responsable musical al principio, y pinchaba a grupos como Bauhaus, Sisters of Mercy, Art of Noise, Throbbing Gristle, 400 Blows, Cabaret Voltaire, 1000 Mexicans, Anne Clark, Lords of The New Church, Snowy Red, Shriekback, Attrition, Alien Sex Fiend, Minimal Compact, Trisomie 21 y otros cortes raros, con un sonido siniestro y oscuro, tanto en temas de guitarra como en temas electrónicos (en muchos casos electrónica y rock experimentales), aunque también se podía escuchar temas punk-rock de los Ramones, o el garaje rock y psychobilly de The Cramps o de The Meteors. Durante años, fue un garito dedicado a la música oscura y la psicodelia. También hubo algunos conciertos en esta discoteca, pero se programaban al final de la sesión, cuando se hiciera de día (sobre las 7 de la mañana), algo nunca visto hasta entonces. Toni Vidal también se encargó de otra sala importante en los 80 llamada Isla. Después de unos años en cabina, le cedió el testigo a José Conca en 1986. Toni Vidal se fue a pinchar en otra sala de Ribarroja que se llamaba Bravatta (años más tarde sería conocida como Don Julio / NOD). José Conca fue quien llevó a Chocolate la técnica que estaba causando furor en la sala Spook, haciendo que Chocolate viviera una segunda época dorada a finales de los 80. Además, a esta sala venían a acabar la fiesta los barraqueros, ya que cerraba un poco más tarde. No obstante, Chocolate tenía sus propios fans y se convirtió en el paraiso de la movida gótica valenciana, importada desde Gran Bretaña. Al principio de sus días, la fachada estuvo decorada tal como sugería su nombre: de color marrón oscuro y chorretones cayendo de la parte superior.
También por esa época aparecieron unos pequeños garitos after-hours, seguramente los primeros en España, como por ejemplo la sala Looping (Valencia) donde pinchó el mismo José Conca antes de ser dj de Chocolate. Por las noches acudía público maduro, y se ponía música de baile agarrado, pero en sus nuevas sesiones after-hours, música y público cambiaban radicalmente. Estos locales acabaron decayendo porque los horarios de las discotecas más grandes eran cada vez más prolongados, sobre todo por la aparición de Spook Factory.
Spook Factory
En el año 1984, la sala San Francisco pasó a llamarse Spook Factory, creándose así una nueva leyenda. Estaba ubicada en la localidad de Pinedo y en sus primeras sesiones, pese a que todo el mundo auguraba un futuro prometedor, apenas atraía público. Pero tras una serie de circunstancias que hicieron que Barraca y Chocolate fueran clausuradas por las autoridades, Spook aprovechó la oportunidad, dando comienzo de esta manera su ascenso meteórico que duró por lo menos hasta el año 95-96. Su sonido, manos de un dj que se hacía llamar Juanito Torpedo, estaba a caballo entre Barraca y Chocolate, de forma que los seguidores de estas dos discotecas también acudían. De todas formas, quien consiguió que las sesiones de Spook Factory fueran destacables, fue Fran Lenaers -que llegó al poco tiempo- porque fue el primer dj que, además de llevar una gran selección de temas musicales, empezó a integrar una lograda técnica a los platos. Hasta entonces, se solía pinchar "al corte" o mezclando los segundos del final de las canciones con los iniciales de la siguiente. Fran Lenaers, con lo que podían dar de sí los equipos de la época, comenzó a usar también temas que servían de base para otros, e incluso mezclaba un mismo tema a la vez en dos platos para darle un efecto especial. Fran Lenaers también dio un giro al sonido de la sala, ya que era especialista en techno y ebm, la maquinaria alemana o belga (de ahí viene el término mákina, que todavía estaba muy lejos del significado despectivo que se le dio a finales de los 90).
También contribuyó al éxito de la discoteca el que tuviera un horario realmente amplio, desde las 6 de la mañana, siendo así el sitio donde iban a parar la gente que salía de las demás discotecas. Viendo la gran aceptación que estaba teniendo, decidieron abrirlo desde las 11 de la noche, aunque debido a la normativa vigente tenía que cerrar durante media hora cuando llegaba la mañana, y con la gente dentro, encendían las luces, apagaban la música, y tras las labores de limpieza, retomaban la sesión, que llegaba hasta mediodía del día siguiente. Poco a poco ese horario de cierre fue alargándose hasta la tarde del día domingo. Al principio, la mayor parte de la gente acudía a Spook Factory los domingos de madrugada, pero como los garitos que abrían sábado noche y domingo por la mañana iban en aumento, dieron la oportunidad a la sesión de los viernes por la noche, en la que triunfó. Poco a poco, como nadie tenía ningún control de horarios ni había leyes estrictas al respecto, acabaron dándose sesiones ininterrumpidas desde viernes por la noche hasta la tarde de los sábados. Por la cabina de Spook han pasado djs, ya en los 90, como Luis Bonías, Arturo Witten y Vicente Mafia.
Espiral y Puzzle
En 1986 llegó a escena otra leyenda: Espiral, que llevaba abierta desde finales de los 70. Allí tenían cabida los temas disco, pero su DJ Jesús Brisa, llevó a la sala esa variedad musical de temas de rock/pop no comercial, sonidos oscuros y electrónicos. La ruta iba creciendo, y aquí iba a parar el público más brutal de ésta. Aquí todo estaba permitido. Los servicios eran compartidos entre ambos sexos y no había reglas. Aun así, apenas había problemas y solía reinar un buen ambiente. Se consideraba la más "cañera" del momento, hasta que ya entrados los 90, dieron un giro más light, y acabó siendo la primera de las grandes discotecas en caer. Este local tenía una terraza con piscina. Sus principales sesiones fueron las de sábados tarde y sábados noche, aunque hay que destacar sus interminables maratones.
También en 1986, nació Puzzle, (anteriormente New Bunker). Carlos Simó, ex-DJ de Barraca, abrió como gerente esta otra sala, que estaba a sólo 2 km de Barraca en la misma carretera. Era una una discoteca muy moderna en cuanto a decoración e iluminación y su música se enfocó a sonidos más frescos, synthpop y technopop e incluso house. Al principio los sábados por la noche no había mucho público, pero gracias a que acabó cerrando a las 5 de la tarde del domingo, se empezó a llenar de gente que venía de los otros locales. Tuvo también sesiones de domingo noche, a las que acudían gente más sofisticada. Era de destacar su famosa terraza ajardinada con soportales a ambos lados llenos de acuarios y con zonas para sentarse, su cabina de DJ en la sala interior en forma de torre de barras metálicas, desde donde pinchaban los llamados «Gemelos», su cafetería, en el mismo edificio, pero separada. Asimimo, junto con Barraca y Spook Factory, era la favorita del público gay.
Continuará.... espero que os guste y sigáis leyendo, porque esto es sólo el principio!!
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